La hipoteca, el préstamo del coche, las deudas de una tarjeta de crédito… En ocasiones acumulamos diferentes préstamos y créditos con tipos de interés variados. Esto se convierte en un verdadero caos a la hora de gestionar nuestras deudas.
Reunificar nuestras deudas puede parecer una solución fácil. Sin embargo, es recomendable que conozcamos sus características previamente.
¿En qué consiste la reunificación de deudas?
Se trata de solicitar un nuevo préstamo que reunifique los anteriores, con el propósito de reagrupar todos los pagos e intereses en una sola cuota de devolución.
Una de las principales ventajas de esta operación es que, al unificar tanto los pagos como los intereses, se consigue pactar un desembolso menor de dinero en el pago mensual. A esto hay que añadirle la facilidad que implica para la persona el hecho de realizar un solo pago al mes y no tener que estar pendiente de distintas cuotas y fechas de vencimiento.
¿A quién está dirigida la reunificación de deudas y cuáles son sus características?
Si nos atenemos a la definición anterior, es evidentes que está dirigida a personas que, por motivos muy diversos, tienen que afrontar varios préstamos y cuotas a final de mes.
El camino hacia la reunificación de deudas no es complejo, pero sí exige un estudio del caso por parte de la empresa mediadora. Esta llevará a cabo un análisis de nuestras deudas, las cuotas que estamos pagando y los plazos de amortización que tenemos para, una vez que se apruebe la operación, se comience a negociar con las entidades bancarias las nuevas condiciones de pago.
Cuando el proceso esté en marcha, se cancelarán todos los préstamos e hipotecas para reunificarlos con unas nuevas condiciones negociadas previamente. ¿Qué caracteriza a la nueva hipoteca? Sumará el total de nuestras deudas pendientes y tendrá tanto un nuevo tipo de interés como un nuevo plazo de amortización. Este último será más largo para disminuir la cuota mensual que tenemos que pagar.
¿Qué requisitos se piden para reunificar nuestras deudas?
Existen varias condiciones para que podamos acceder a la reunificación de nuestras deudas. La primera de ellas y más importante es que no podemos reunificar unas deudas y no otras: debemos reagrupar todos los préstamos que tengamos bajo una misma hipoteca.
De este modo, el segundo requisito más habitual es que la cuantía de esta hipoteca no supere el 80 % del valor del bien hipotecado.
Aunque reunificar aliviará de forma muy importante el coste de nuestros préstamos anuales, también lo incrementará a la larga.
Por lo tanto, conviene analizar muy minuciosamente con la ayuda de abogados especialistas en deudas, todos los costes que tendremos que asumir durante el proceso de reunificación y el gasto final que resultará de haber prolongado el plazo de nuestros préstamos.